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El equipo de Joyería Terrones. José Manuel García
Negocios de toda la vida

La joyería de Salamanca de los años sesenta que transforma reliquias en diseños actuales

Joyería Terrones se inauguró en 1962 por unos jóvenes hermanos que apostaron por emprender en el sector y una segunda generación continúa el relevo en Pozo Amarillo

Laura Linacero

Salamanca

Lunes, 2 de junio 2025, 12:30

Este martes miles de jóvenes se enfrentan a un examen que decidirá su futuro. Hace sesenta y tres años, dos hermanos de 19 y 18 años también tomaron una decisión que determinó su porvenir y el de una segunda generación. No hizo falta ninguna prueba, ni estudiar, solo el tesón, el esfuerzo y el convencimiento de que saldría bien. «Empezaron en un local pequeñito y a base de mucho trabajo fue creciendo», comenta Luis Hernández -más conocido como Luis Terrones-, quien tomó las riendas de su padre imitando su precoz andadura.

Desde Pedraza de Alba se asentaron en una céntrica calle de la capital, Pozo Amarillo -donde hoy aún continúa Joyería Terrones- con unos inicios complicados. «Entonces cogieron el traspaso de un local por 100.000 pesetas, con diez relojes prestados, el oficio aprendido y ganas de trabajar», explica Luis. Un coraje que «ahora sería inviable para alguien de esa edad», pero que en los años sesenta era una práctica habitual para ganarse la vida: emprender en aquello en lo que crees.

De esa pasión ha sido testigo Luis desde que era un niño. Creció en la joyería y a una edad también muy temprana se metió de lleno en el negocio. «Yo quería haber estudiado pero estuve un poco abocado a seguir con el negocio. Siempre estaba echando una mano, en verano, en vacaciones y al final llega el momento y te ves dentro», explica esa segunda generación que ya lleva más de treinta y cinco tras el mostrador.

Con él y su mujer comienza la segunda parte de la historia de Joyería Terrones. Una continuación renovada y actualizada en los mismos tiempos pero que continúa con la esencia de lo que su padre y su tío construyeron. «Yo sigo con lo que me enseñaron: lo primero, ser buena gente; lo segundo, ser lo más legal posible y lo tercero, ser profesional». Así determina Luis los ingredientes que les han llevado al éxito. Y es que esos tres valores tan básicos pero a la vez tan necesarios son, sin duda, la herencia más valiosa.

Diseños propios en un taller particular

Toda una vida dedicada a la joyería y a la relojería. Además de contar con multitud de marcas, Joyería Terrones tiene un taller particular donde diseña las joyas y hace reparaciones. «Lo que la gente demanda en cada momento», asegura Luis. Y desde hace unos años, uno de los servicios que más les piden es hacer de la tradición, una novedad. «Mucha gente quiere transformar la joyería de sus abuelas en algo más atemporal y la gente se va encantada porque pueden disfrutar de esas piezas», explica.

«Hemos atendido a cuatro generaciones»

Puede que esa abuela que ha dejado un anillo especial a su nieta lo comprara precisamente en Joyería Terrones. «Hemos atendido a cuatro generaciones», apunta orgulloso Luis. Y estar presente en los momentos más especiales durante seis décadas implica ser también permeable a todos los cambios del mercado. Y algunos materiales que envuelven este sector, cambian y mucho. Luis nos habla del oro y cómo la fluctuación de este material afecta también a la consideración que tiene el cliente.

«Ahora ha subido el precio del oro y la gente lo vuelve a ver como algo preciado, como una inversión que valoran», comenta. Una concepción de que realmente es una joya y aquel que ahora la compra, como ya pasaba hace sesenta años, tiene entre sus manos un bien no solo material, que pasará de generación en generación.

Especialistas en joyería nupcial

Forman parte de uno de los momentos más especiales en la vida de una pareja. «Es muy emocionante porque les acompañamos desde que les conocemos, en una feria a lo mejor, hasta que se casan», comenta Luis. Un proceso que dura meses y en el que son testigos de esa ilusión creciente. «Hacemos cualquier tipo de alianza y si no les convence ningún diseño, se lo hacemos en el taller aquel que les guste», explica. Muchos de esos diseños en los que se inspiran nacen de internet y de las redes sociales y esa inspiración, se convierte en un sueño, y en manos de Terrones, hacen por que sea realidad.

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