El monumento romano icónico de Salamanca que se pintará de amarillo para su rehabilitación

El Puente Romano de Salamanca, una de las estampas indisociables de la ciudad, cambiará en breve de color para adoptar una tonalidad bastante conocida por los salmantinos, pero que habrá que ver cómo le sienta. De hecho, las autoridades de patrimonio van a seguir muy de cerca la reparación del emblemático puente para elegir el tono más adecuado.

Todo parte del proyecto municipal para darle un lavado de cara al puente salmantino. La idea es eliminar la vegetación invasora que ha ido creciendo entre sus sillares como en otros monumentos de la ciudad, mejorar la iluminación y adecentar su imagen, aspecto en el que se va a detener en una tarea concreta: reparar los desconchones de los pretiles. Estos muretes están recubiertos de un mortero de color pardo en la mayor parte de tramos, con pérdidas y suciedad.

Con un presupuesto de algo más de 48.000 euros, el Ayuntamiento de Salamanca ha presentado una propuesta para picar la capa de mortero actual y sustituirla por una nueva, con refuerzo de fibra de vidrio, en toda su superficie interior. Y ahí entra la cuestión del color.

En su estado actual, el mortero del los pretiles no presenta un color definido ni uniforme. La propuesta es pintarlo de un color amarillo ocre, que corresponde que la numeración RAL 1024. Con este término se conoce un sistema que define colores para pinturas, revestimientos y plásticos.

La numeración escogida de esta carta de colores corresponde con una tonalidad próxima al de la piedra de Villamayor, tan frecuente en las construcciones del centro histórico de Salamanca, y adoptada como recurso decorativo para toda la ciudad. Sin embargo, no se trata de aplicar un color tal cual.

La entidad del monumento, catalogado BIC y protegido, ha obligado a tomar algunas prevenciones. Originario del siglo II-III, es la principal obra romana conservada en la ciudad. Fue reconstruido parcialmente (la mitad) en el siglo XVIII.

Por tanto, el color de un elemento como los pretiles es una cuestión capital. La coloración del mortero que se aplicará se obtendrá de forma natural con la selección de tierras que componen este material de recubrimiento. Según el proyecto, el tono escogido, amarillo ocre, es «aproximado» al RAL 1024 normalizado, pero en el proceso de elección se afinará el tono antes de dar el visto bueno.

Una vez se defina la tonalidad, habrá que realizar muestras y enseñarlas a los técnicos del servicio territorial del Cultura. Se trata de una prevención que evitará casos como el del edificio protegido de la plaza del Corrillo que fue pintado sin supervisión de un amarillo chillón que no correspondía con su ficha y que afea todo el entorno.

La comisión de Patrimonio es la que ha autorizado el proyecto, pero ha puesto algunas condiciones. Los trabajos tendrán que iniciarse antes de un año, que es el plazo de validez de la autorización; el proyecto contempla un plazo de ejecución de dos meses.

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