Arte, libros y errores bellos: la artista afincada en Salamanca que expone en el DA2

En el mundo del arte contemporáneo, donde los límites entre disciplinas se diluyen, el libro emerge como un espacio fértil para la creación. Así lo entiende Laura Pilar Delgado (Madrid, 1982), artista y editora afincada en Salamanca que inaugura el próximo 13 de junio en el DA2 la exposición 'Y libros también', un proyecto compartido con el artista portugués Miguel Ângelo Martins. La muestra convierte el archivo, el error y el trabajo compartido en motores de creación, y plantea una reflexión crítica y sensible sobre el valor del libro, los procesos editoriales y el arte como lugar de encuentro.

Formada inicialmente en Bellas Artes en Salamanca, Laura continuó su recorrido académico con un máster en Producción Artística en Valencia, estudios de litografía en San Sebastián y un doctorado que la trajo de nuevo a Salamanca, donde decidió echar raíces. Su trabajo artístico, profundamente vinculado al territorio y a la práctica editorial independiente, bebe de esa trayectoria plural, pero también de lo afectivo y lo cotidiano

«El libro también puede ser una obra de arte», afirma Laura, quien lleva años explorando el potencial expresivo de la autoedición, la risografía y el diseño gráfico. Para ella, los libros no son solo portadores de conocimiento, sino que también poseen un valor estético y conceptual que merece ser explorado. Cada publicación es una pieza única, que comunica desde sus materiales, desde su estructura, desde lo que cuenta y desde cómo se cuenta. «Estos libros son obra porque simplemente existen como libro», subraya.

Laura recoge los desechos de su propio estudio, lo que otros tirarían: papel triturado, pruebas mal impresas, restos de ediciones. Todo eso se transforma. «Esto también forma parte de la obra», explica. Más allá de una apuesta estética, este compromiso con el error se convierte en una declaración de intenciones: crear desde lo mínimo, desde los márgenes, desde lo que no encaja. En una de las piezas recientes que se podrá ver en la exposición, por ejemplo, los papeles desechados de otras impresiones fueron triturados y reutilizados como base de nuevas obras. Una forma poética y crítica de reconvertir el error en materia creativa.

«El error ya no me da miedo», asegura. «Hay mucho error en la exposición». Esa aceptación del fallo -y su potencial como catalizador- está en el centro de su práctica. Coincide con otros movimientos contemporáneos que reivindican lo accidental y lo imperfecto como fuentes legítimas de inspiración.

La risografía, técnica de impresión que combina la estética del estarcido con procesos digitales, es una herramienta clave en su lenguaje. Le fascina su vibración cromática, pero también su carácter accesible. «La impresión es un medio muy democrático», afirma. Sus publicaciones no solo son piezas únicas, sino también múltiples: pueden circular, tocarse, compartirse. Pero no podemos pensar en este tipo de impresión como una copistería al uso, sino como una impresión para artistas.

Caminar también forma parte de su proceso. Su mirada se afila en la calle, donde encuentra estímulo visual en los suelos, las baldosas, las señales, las fachadas. «Encuentro patrones y texturas por todas partes. Me encantan», dice. La geometría y la simetría, en particular, la atrapan. «Me dan paz. A veces me obsesiono con que todo encaje». Esa tensión entre el orden matemático y la espontaneidad del error es uno de los motores formales que atraviesan su obra.

En 'Y libros también', el espacio expositivo se concibe como una extensión del taller. «Siempre pensamos que los libros fueran en la segunda sala», explica Laura sobre una decisión curatorial que refleja el deseo de construir una narrativa sensible y coherente. La residencia previa con Miguel Ângelo Martins dio forma a una colaboración viva, donde las obras se influyen mutuamente y crecen en contacto con el entorno.

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